El servicio militar llegó con un llamado el 17 de octubre de
1979, número de sorteo 889, y gracias a mi amiga Eva San
Martín y al Brigadier Mayor Pablo Apella, sirvió
en Ezeiza, en la Policía Aeronáutica, en la Sala VIP bajo las
órdenes del Comodoro Ataliba Fernandez, Jefe del Aeropuerto
Ezeiza. Como hijo de madre viuda podía haber sido eximido, pero
lo hablamos y él prefirió hacerlo.
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Siendo Clase 61, cuando la guerra de Malvinas, mientras
yo lloraba sin consuelo, él hacía planes con amigos por teléfono
para alistarse. |
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Terminado el colegio secundario y cumplido el servicio militar,
hubiera debido seguir la Facultad, pero no quiso; estaba determinado
a seguir otros rumbos, quería hacer otras cosas, algo que lo
tuviera en acción constantemente.
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En ese entonces, estaba de novio con Sandra,
quien, en sociedad con su padre José fabricaban ropa. Así
nació el interés de Cesar por el ramo textil, especialmente en
ropa para adolescentes. |
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Personalmente, incentivé siempre su interés, porque todo era
para él y por él, y siempre estuve atenta a su crecimiento,
tanto físico como interior. Le brindé el capital inicial
y, por un tiempo, todo anduvo bien hasta que Cesar y Sandra
se disgustaron y hubo que comprar la parte de esta última, para
que Cesar continuara con José, pero esa sociedad no duró mucho.
En propias palabras de José: "El no debe tener socios.
Es muy inteligente y muy capaz. El tiene que decidir solo."
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