Por razones de distancia, pedí su pase al Colegio 5 Esquinas, pero como para que yo pudiese ejercer mi profesión de abogada recién recibida, necesitaba que fuera a un colegio de doble escolaridad, nuevamente lo cambié al "Colegio Nro. 1 Castelli" de Vicente Lopez y Ayacucho. CESAR JAMÁS SE QUEJÓ DE QUE TUVIERA QUE DEAMBULAR DE COLEGIO EN COLEGIO, YA QUE SIEMPRE SABÍA HACERSE DE AMIGOS EN TODAS PARTES.
 
Allí, en el Colegio Castelli, trabó amistad con Manuel Martos, quien al conocer a César, y para impresionarlo, le dijo que tenía cicatrices en la espalda porque había "peleado con los leones en Misiones", respondiéndole César que él también luchó en Misiones con las alimañas a machetazos, y con los cocodrilos en la selva. A partir de ese momento fueron amigos para siempre.
 
 
El mejor amigo de Cesar siempre fue Tito, su papá, y en su infancia tuvo dos amigos entrañables: Rodolfito Riotorto y Gustavo Falco, ambos hijos de jueces penales de Oberá. En su adolescencia, Manuel Martos, compañero del colegio Castelli, y los hermanos Alejandro y Guillermo Speroni, y más adelante, en el Nacional San Isidro, Guillermo Blanco, Oscar Videla, Gustavo Posse, actual intendente, "Bebe" Fernandez Poblet, quien fue después su contador, y Federico Mastronardi.
 
 
 
CESAR TERMINO LA PRIMARIA EN EL CASTELLI. Comenzó entonces la Secundaria en el Instituto Libre de Segunda Enseñanza, en Libertad 563. Inmediatamente me dijo que le parecía espantoso y que no quería seguir yendo a ese colegio por nada del mundo. Fue entonces cuando compré una casa en Acassuso, en la calle J. Hernández 832 entre Av. del Libertador al 15.000 y Gutiérrez, donde siempre hemos vivido, desde 1975 hasta la fecha.
 
 
 

 

 

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